Mi dulce damicela,
mi adorada doncella,
¡tanto te extraño!
que mi alma padece
de un dolor que no enmudece,
¡oh mi sueño de luz!
¿donde estas?,
¿porque partiste sin mi?,
no era lo acordado,
no quiero estar desolado...
¡DONDE ESTAS!
¡oh vida mia donde estas!
ya no soporto esta realidad,
tus besos...
los deseo,
tus caricias...
las espero,
tus palabras...
las anhelo,
y es tan increible pensar
que ya no halla forma de amarte
pues tu te marchaste tambien
en la noche que yo me aleje,
en la noche que mi larga ausencia duro...
Como me lamento que por mi murieras
esperaste tanto mi llegada,
que llegaron por ti,
antes de que estuviera junto a ti...
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